Según Luca Antonini, director de marca de Rinascimento, no hay lugar para la nostalgia, sino para un fuerte vínculo con la tradición y la historia, que mira al futuro con entusiasmo.

«Cuando Vittorio Taddei, fundador del Grupo Teddy, del que forma parte Rinascimento, proyectó esta nueva marca, empezó por pensar en un nombre que pudiera contar con todo detalle tanto el proyecto y el camino que quería recorrer como, sobre todo, los valores que lo inspiraban», recuerda Antonini.

Si hay un momento en la historia de nuestro país que represente mejor el arte del saber hacer, el valor de la cultura y la innovación, la belleza de nuestra tierra y el impulso hacia el futuro, ese es el Renacimiento italiano.

Antonini continúa: «Y así comenzó nuestro viaje por la historia de Florencia y de las repúblicas marítimas, que constituían una excepción en Italia; eran un instrumento muy potente de conocimiento y conexión. Hicimos nuestros esos valores y nos enfrentamos así al reto de lanzar una nueva marca al mercado. Elegimos empezar en la ciudad de Bolonia, sede actual de la marca, y además con un nombre importante».

Los primeros años de la marca Rinascimento, allá por principios de la década de 2000, fueron años llenos de entusiasmo y aprendizaje. «Nuestro producto, fabricado en Italia, contaba la historia de Italia. Incluso a día de hoy seguimos colaborando con nuestros primeros proveedores, si bien en los primeros años el proyecto aún no contaba con la venta directa al cliente. Las colecciones se presentaron a los comerciantes, que seleccionaron las prendas en función de las necesidades de sus clientes».

Al poco tiempo surgió la idea de reunirse directamente con las mujeres que Rinascimento expone a través de sus colecciones.  El objetivo era preguntarles, pedirles consejo y descubrir su talante.

Además, afirma que cuando Rinascimento eligió dirigirse directamente a las mujeres, lo hizo porque no quería limitarse al mero estudio de la colección ni crear solo un producto bonito, sino expresar y plasmar la belleza. «Y hoy, lo que más ansiamos es que cada mujer pueda expresarse a través de esa belleza tan italiana que ofrecemos a través de nuestra marca».

La verdadera marca Rinascimento nace con el lanzamiento de las primeras tiendas monomarca, en las que la vida pasa a ser una experiencia de belleza a partir de las relaciones, los diálogos, la ropa y los sueños. Las tiendas se convierten en vehículos que portan los valores que inspiraron el proyecto y que hablan al mundo de un arte sartorial femenino en el que Italia es una de las estrellas.

En 2008, Rinascimento, como muchas otras empresas italianas, se enfrentó a un periodo difícil. El modelo italiano se estancaba y urgía relanzar la marca de Bolonia en el mercado. «Puede parecer obvio decir que los tiempos de crisis son una oportunidad, pero lo cierto es que es así», asegura Antonini. «A veces, cuando todo va bien, se corre el riesgo de que dejemos de cuestionarnos las cosas y, por ende, de innovar. Vittorio suele referirse a nuestro equipo como un circo, por la variedad de estímulos con los que nos enfrentamos cada día a nuevas propuestas, nos apoyamos mutuamente en nuestro trabajo y por la forma en que hemos hecho de nuestra diversidad una herramienta para reinventarnos sin cesar. La innovación debería ser un requisito imprescindible para toda empresa, pero en la moda aún más. Las prendas cuentan la historia del mundo, a veces incluso anticipándose a él. Además, se convierten en portavoces de batallas y deseos sobre los que nunca debemos dejar de interrogarnos.»

¿Y cómo será Rinascimento en un futuro? «Grande y variada», concluye Luca Antonini. «Queremos seguir transmitiendo la belleza italiana y queremos hacerlo en 360°, así que apostaremos por colaboraciones y mezclas de productos, por lo que viajaremos aún más lejos y entablaremos un diálogo con nuevas realidades.»