Qué gran historia...
Emma Tadei es el puro reflejo de Rinascimento, la aventura y el desafío de una idea
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Emma Tadei, antes de convertirse en la CEO de Rinascimento y presidenta de la Fundación Gigi Tadei, fue hija y aprendiz. Ahora, es toda una auténtica guía. Ha vivido la moda y los negocios desde niña junto a su padre, Vittorio Tadei. Vittorio es fundador del Grupo Teddy, del que forma parte Rinascimento. Él fue quien le enseñó ante todo a cuestionarse sin cesar, así como la valentía y el valor de la verdad, incluso cuando parece incómoda. Por ello, Emma aprendió de su historia que para gestionar una empresa y convertirse en líder, primero hay que ser persona. «Detrás de esta mujer hay una persona, una emprendedora a la que le encantan los retos y correr riesgos. Siempre he tenido las ideas claras sobre qué camino seguir, con pasión y sin miedo al fracaso».
Rinascimento, el legado de una gran historia
Contar la historia de Rinascimento significa contar el alcance de una relación: la que existe entre Emma y su padre Vittorio. No obstante, también la de una gran y, a veces, difícil herencia. Crecer con un padre emprendedor y visionario que puso en marcha uno de los grupos más innovadores de la industria de la moda y de Italia «no fue fácil, por un lado, pero también muy fascinante por otro», afirma Emma. «Era un padre muy duro y exigente con sus hijos. Incluso cuando tocaba felicitar por una buena nota en el colegio.
Cuando Emma era pequeña, Vittorio trabajaba mucho y solía estar muy ocupado, pero a pesar de ello pudo estar cerca de todos sus hijos. Emma solo podía intuir que «algo grande» estaba en juego. Complicado de imaginar, pero fantástico. Sin embargo, al llegar la adolescencia, el mundo de Emma y el de su padre consiguen, por fin, encontrarse.
«Nuestros mundos empezaron a acercarse y empecé a tener más relación con él. En ese momento me di cuenta de que mi padre estaba enamorado de su trabajo y no trabajaba con ánimo de lucro. No cabe duda de que el beneficio era un aspecto importante de la empresa, pero no era su objetivo. Se esforzaba de verdad por construir algo bonito y útil para su familia, la de sus empleados y la región».
«De adulta me di cuenta de que era un empresario ilustrado y de que había creado, con 30 o 35 años, una de las empresas más importantes de la industria italiana de la moda».
Y así, Emma y sus hermanas crecen en la empresa, jugando entre palés de telas y bobinas de lana: «Nací en ella... la vi crecer, la vi forjarse. No la he heredado por una cesión de acciones, sino por vivir en ella. Y Vittorio me enseñó de verdad a pensar, a cuestionarme las cosas y todo lo que ocurría en la empresa. Además, era un gran maestro de la confrontación. Era un hombre muy entusiasta, al que casi cualquier obstáculo le despertaba un cosquilleo, le daba un motivo para iniciar una aventura».
Vittorio's legacy: la estrategia de la responsabilidad
Gracias a la relación con su padre, Emma aprendió que «más que trazar estrategias, hay que buscar el sentido de la responsabilidad por las cosas y las personas a nuestro cargo».
Así, Emma nos confiesa que le enseñó el valor necesario para afrontar sin miedo las situaciones difíciles sin dejar de lado la verdad. Todo el mundo debe tener el valor de luchar por conseguir la verdad, incluso si a veces es un inconveniente».
Y llegados a este punto surge la pregunta: ¿cuál era el objetivo desde el principio? Antes Vittorio, y hoy Emma. Ninguno tenía dudas: «Construir algo grande, algo útil, algo hermoso, no solo para mí y mi familia, sino también para los demás. Por otra parte, hacer crecer una empresa también significa crear empleo, hacer un bien a las personas que necesitan trabajar. La clave es el deseo de construir algo importante para la sociedad y para mí. Luego, si la empresa crece y se obtienen beneficios, a final de año se puede invertir en proyectos estratégicos y también recompensar a los empleados, con lo que mejorarán sus condiciones de vida. La empresa es un todo cuando existe una sinergia constante entre el empresario y todos los empleados, que se mueven juntos por un mismo ideal común».
«Necesitas pasión en tu trabajo, tener el bien común en el horizonte».
La palabra clave para Emma es juntos. «Si ves que un compañero en ese momento no puede hacerlo, es porque tiene un motivo. Puedes ayudarlo, puedes encargarte de sus limitaciones y de su momento de dificultad. Puedes hacerlo tanto por el bien común como por el bien común de la empresa».
Rinascimento es una marca que se basa en valores importantes que perduran en el tiempo, pero también en el entusiasmo, la pasión y la intuición: «Me hacía mucha ilusión animar a mis compañeros, todos éramos jóvenes; viajábamos a Londres o París. Para entonces ya lo habíamos entendido, habíamos adivinado lo que podía hacer felices a nuestros clientes y era positivo trabajar juntos. Para mí fue una gran motivación, me enamoró. Al principio trabajé con personas veinte años mayores que yo, pero que ponían su alma y su vida en ello. Me apreciaban mucho, no solo porque aportaba algo novedoso, sino también por el gran respeto que sentía por su equipo y su pasión por el trabajo. La mayor fortaleza de la marca son sus productos icónicos y las personas que trabajan con ellos».
Emma ha tenido la suerte de vivir la moda y sentir su latido, ha vivido sus cambios. Y hoy está segura de que la moda, junto con el sector tecnológico, es la industria que más ha evolucionado en los últimos años. Digamos que en este preciso momento de la historia no existe una verdadera «tendencia».
Ahora todo el mundo puede reflejarse en múltiples estilos. Así es como yo veo la moda: la belleza de no tener reglas y vestirte como quieras.
Pero, ¿cómo ha cambiado en realidad la moda a lo largo de su carrera?
En los años ochenta y noventa quienes marcaban las tendencias eran las estrellas de cine, luego vinieron las cadenas de moda rápida low cost y la moda «democrática». En la actualidad, avanzamos hacia una moda cada vez más sostenible. Hoy en día, todo el mundo puede reflejarse en diferentes estilos: un día te pones un mono y unas zapatillas, mientras que al otro día optas por un traje y por la noche un vestido de lentejuelas
en tonos dorados o plateados. Ahora la moda es líquida, por lo que es difícil centrarse en una tendencia real. Sigue existiendo, pero hay que saber proponerlo y comunicarlo a los clientes, a las mujeres.
Todavía hoy, la moda es un aspecto importante de nuestro día a día, es la forma en que nos presentamos al resto del mundo».
El futuro empieza hoy
¿Y cómo será Rinascimento en un futuro? Emma apunta que hay que centrarse en el amor a Italia y la artesanía de su tierra, pero sobre todo en los jóvenes: «Motivar a las próximas generaciones, formarlas y saber retener el talento. Porque aunque ahora tenemos un retorno bajo, ya es superior al de hace 10 años».
Y la empresa del futuro, en mi opinión, es una empresa avanzada desde el punto de vista tecnológico que cree en las personas y las convierte en la base de su crecimiento.
«¿Qué me impulsó a volver a empezar e innovar en mi trabajo?
Sin duda, el sentido de la responsabilidad y el gusto por la calidad. Pero cuando de verdad conseguí crecer fue gracias a personas a las que tenía en estima. Me tenían en estima y yo a ellas».
Rinascimento, en palabras de Emma y en el sueño de Vittorio, es responsabilidad, reinicio continuo, valores indispensables y una mirada al futuro centrada en las personas. Es una gran historia escrita, desde el principio, con cada uno de vosotros.